Quien es el dueño de AXA seguros?

Claude Bébéar es un hombre de negocios francés. Es presidente del Consejo de vigilancia del grupo AXA y del Institut Montaigne, Dueño y CEO de AXA, la cual es una compañía multirramo líder en seguros, de origen francés con presencia en 64 países y 103 millones de clientes.AXA tiene 10 años brindando protección a más de 5 millones de asegurados, gracias a la labor de más de 4,000 colaboradores y más de 8,000 agentes de seguros en 53 oficinas de servicio en todo el país.
Nacido en 1935, el empresario originario del suroeste francés entra veinte años más tarde en la Universidad Politécnica (École Polytechnique), la más prestigiosa universidad francesa de ingeniería. En el examen de entrada saca la mejor nota, pero su dedicación a tareas fuera de los estudios (asociación de estudiantes) hace que salga en una posición mucho menos honorable cuando finalizan sus estudios.
Desde su nombramiento a la cabeza de la empresa, Claude Bébéar empezó una estrategia de desarrollo muy agresiva, con la compra de toda una serie de otras empresas aseguradoras, entre las cuales destacan Drouot en 1982, la compañía estadounidense Equitable Life en 1991 y la primera aseguradora francesa, UAP en 1996. En este momento la empresa, llamada AXA desde 1985, se convierte brevemente en la primera aseguradora mundial. Hoy en día, sigue siendo la cuarta empresa del sector al nivel mundial, y a seguido la política de adquisiciones pese a la salida de Bébéar en el 2000.

Al margen de su éxito espectacular como empresario (cuando entró en la aseguradora, tan solo era la vigésima cuarta empresa del sector en Francia), lo que caracteriza a Claude Bébéar es su voluntad de mantener siempre un espacio suficiente para su vida personal. No ha esperado el éxito para aplicarlo. Sus colaboradores en la empresa lo han confirmado muchas veces.Estaba en contra de los horarios interminables. Se las arreglaba para volver a casa con su familia a horas decentes casi todos los días. A pesar de una gestión empresarial muy agresiva, se tomaba las decisiones con calma y tras reflexionar mucho.
Su filosofía iba más allá de su propia persona, y por este motivo implantó desde los años setenta conceptos de organización del trabajo revolucionarios para la época, como la noción de "tiempo elegido", que dejaba un gran margen de maniobra a los empleados para elegir sus horarios de trabajar